El sol del
equinoccio se elevó sobre las copas de los árboles del bosque que crece sobre
la roca coralina que alguna vez estuvo sumergida por el mar. Desde aquí escucho
el oleaje e imagino el azul turquesa acariciando la roca sumergida. En el
subsuelo las aguas de lluvia se encuentran con las aguas salinas que se han
hecho paso en su estructura porosa. Sobre la tierra que cubre la roca aflorada,
vive el bosque. Sus raíces se extienden horizontalmente y exploran el escaso suelo
abonado por sus hojas descompuestas en estos once mil años de existencia
después del cataclismo de la Atlántida.
La energía de este verano aquí en el trópico ha estado
pesada y movida. El Cielo, fiel reflejo de las tormentas internas con sus
cielos encapotados, sus grises nubarrones, sus ecos resonando hacia todas las
direcciones, sus lluvias intermitentes y casi diarias, unas veces fuertes y
otras, serenas…Como mi alma. Porque así como es adentro, es afuera, como es
arriba, es abajo, dice el maestro.
Como mi alma sacudiendo el polvo de sus estanterías aún con
cosas que perdieron función y sentido por el solo hecho de verlas toda una vida
en el mismo lugar. Paradigmas que alguna vez sostuvieron mi edificio
mental se han replanteado: han sido años
de ir picando a pedacitos sus columnas y paredes afirmados en los cimientos del
karma individual y colectivo. El mundo emocional que alguna vez me hacía operar
de manera inconsciente como un río lento de aguas profundas, lechos cenagosos y rocas
inamovibles, es hoy un riachuelo que
fluye sereno y feliz al encuentro con lo desconocido. Gracias al Merkaba, ese vehículo
de luz que el maestro Melquizedek me ayudó a recordar, mis cuerpos sutiles
elevaron sus vibraciones y en la geometría de la Flor de la Vida, recuperé la
resonancia íntima con la partitura del Universo creado a mi semejanza.
Sufrí el cautiverio por rebeldes armados que trastocaron la
red familiar pero gracias a ello, la oruga de mi ser vio el primer destello
consciente de luz espiritual…Esa luz perdida de mi mundo infantil, ese ideal de
amor y justicia sobre la Tierra que marcaron mis años juveniles y que repitió
el patrón de ira y resentimiento guardado en el baúl de historias de vidas
pasadas. Y comencé el camino del ser despierto, volví a nacer iniciando una
nueva vida en el exilio, aprendí la medicina del espíritu en los cristales, en
las plantas y en la naturaleza del bosque y el mar, sentí la vibración amorosa
del corazón de la tierra y el cielo me abrió su corazón.
Con la partida de mi hija hacia el otro lado del velo,
entendí que la muerte no es más que una etapa de la vida espiritual (Kryon) y
entonces abrí la puerta a muchas verdades que permanecían dormidas en mi
corazón y mente…y el amor de la Madre Divina, la esencia femenina creadora, me
acogió en la estancia de la desesperanza y el olvido.
Caminante, no hay camino, se hace camino al andar, dijo el
poeta, y comprendí que vivir en el Aquí y en el Ahora es quizás el detonante
fundamental para reconectarnos con la esencia espiritual. La vida que se
desenvuelve en conexión a nuestra esencia nos ayuda a despojarnos y a hacer a
un lado lo inútil e innecesario y a permanecer confiados en el flujo del
devenir espiritual que no es otro que el Amor y la Sabiduría en acción.
Descubrir la perfección del orden natural de la mano de la vida es reconocer el
flujo que actúa acorde a leyes universales que la ley humana apenas logra
captar a retazos.
De allí que la apertura es fundamental para mantenernos
alertas y crecer en conciencia cada vez que la Luz ilumina los aspectos
oscurecidos del alma y de la personalidad. Oscuridad que es ignorancia por la
misma inconciencia en que hemos vivido, sometidos a creencias que nos han
limitado la visión.
Antes de la tormenta, hay una calma que la insinúa…En esa
calma hay un gozo indescriptible porque intuimos que algo grande va a suceder,
algo que nuestra alma sabia nos anticipa con esa cálida e íntima emoción.
Hemos despertado a la conciencia de la sincronía, de la
telepatía, la intuición, la visión, de la magia de la vida más allá de esta tercera
dimensión de conciencia.
Es entonces cuando la Madre Tierra nos viene a recordar
nuestro compromiso con ella y la responsabilidad que conlleva. Con el deterioro
ambiental de sus ecosistemas y el desequilibrio que se produce, la Madre Tierra
nos está diciendo que despertemos a nuestro pacto amoroso con la vida. No
estamos aquí por casualidad. Elegimos la vida y sus retos, estar vivos en estos
tiempos de cambio que corresponden a la traslación dimensional, a la ascensión
de la Tierra y sus obras, a una nueva luz bajo un nuevo Sol.
Es entonces cuando miramos alrededor y vemos que todo lo que
pasa tiene sentido para nuestra visión espiritual. El conflicto en el individuo
es el conflicto de la sociedad. Los parámetros culturales dejan de ser
referentes ante una cultura globalizada que ha de escribirse con tolerancia y
respeto como llamado a ejercer el amor de manera más incondicional desde la
comprensión y la compasión que caracteriza al ser espiritual. Las diferencias
motivadoras de conflicto entre los seres humanos son gemidos de sistemas
religiosos que se derrumban ante su invalidez e incapacidad de actualizarse con
la verdadera espiritualidad.
La luz se devela en la sabiduría ancestral, en el calendario
sagrado de los Mayas o Tzolk’in*, que logra explicarnos cómo las energías de sus símbolos reflejan la
evolución de la conciencia en la historia de los últimos 5000 años de la
humanidad. Otra verdad para ser revelada en estos tiempos donde el hombre
occidental se desconectó de la Fuente Suprema de Amor y Sabiduría. El
calendario nos marca el fin de un ciclo (21/12/2012 o 28 /10/2011 para otros
intérpretes*) y el comienzo de otro. El calendario fue un legado de los dioses pléyadianos a los
antiguos atlantes que en este último ciclo se llamaron Mayas. Ese período de la
historia pre-diluviana conocido como la civilización de la Atlántida fue una
edad de oro que floreció y se desbarató por la lucha de poder y fenómenos naturales de grandes proporciones, .
Muchos seres iluminados de la Atlántida lograron rescatar esa sabiduría y
fueron ellos los iniciadores de las culturas sumeria y egipcia que dieron
origen a lo que oficialmente es la historia de la humanidad en la tierra. Así mismo en Perú, América del Sur hay hallazgos de culturas urbanas de 4500 anos (Caral, 2023)
Es imposible hoy en día negar la realidad de mundos
extra-terrestres que han participado en la Tierra y en su historia. Pero el
tiempo del Espíritu es Uno porque es un presente eterno, un estado absoluto. Lo
que cambia es su manifestación, su forma, sus cualidades. Y en esta tercera
dimensión, nuestra visión lineal de la historia se detiene para darnos la
oportunidad de escribir un nuevo tiempo donde el corazón sea el protagonista. Y
al corazón poco le interesa el poder porque en la vivencia del corazón no hay
ego.
El Espíritu ha tocado a nuestra puerta. Desde adentro
escuchamos ese llamado cuando el afuera se derrumba y nos deja sin piso y sin
maneras, métodos o estrategias válidas para enmendar a la usanza de antes…
El mar de las emociones humanas se está desbordando : el
agua ha ido inundando persistentemente todos los espacios. El aire la ha
empujado a todos los lugares del mundo. La tierra tiembla, el fuego telúrico
despierta. Los elementos están en vía de evolución al recibir las radiaciones
galácticas, esos cuatro elementos son
nuestros ingredientes y sumado a ellos, el éter, que hace su presencia en los
códigos de luz que vienen a despertarnos y a acelerar nuestro proceso de
ascensión.
Y así como nuestra Madre asciende, yo asciendo. Así como
ella se transforma, yo me transformo. Así como ella trasciende, trasciendo yo
mis esquemas, mis pautas de comportamiento, mi personalidad y la vida toda que
me impida dar el paso del todo hacia la luz.
La Vida en la Nueva Tierra estará regida por el Corazón. Y
la organización humana será a la manera
de eco aldeas donde los seres humanos aprenderán a vivir de nuevo en armonía
con su entorno-naturaleza y seres vivos- y el legado ancestral de la Humanidad
se seguirá revelando para ayudarnos a construir un nuevo mundo a partir de la
Verdad, el Amor, la Sabiduría, la Bondad y la Justicia.
Los sueños de los caballeros de la Mesa Redonda, de los
pueblos pre-hispánicos no expansionistas, las profecías de la unión del Aguila
y el Cóndor, el 13 Baktun 4 Ahau de los Mayas, la intención de los Hijos de la
Ley del Uno, se harán realidad sobre la Tierra…!
Y es entonces cuando mi alma hace equinoccio con su misión.
De cara a la luz, inspirada con la fuerza de mis ancestros terrenales y de mi linaje estelar, apoyada en el afecto
genuino de la comunidad de almas que conspiran conmigo en esta Era de Acuario,
conquistaré mi karma sacando a la luz lo que no soy para revelar mi verdadera
esencia, libre y purificada con este nuevo brillo del Sol en el Cielo azul de
mi sabia existencia.