El mundo es por tanto un Yoga en si mismo; las cosas están
en el estado del Yoga aún ahora, y ellas van a estar en el estado del yoga
siempre. Vamos tan sólo a tomar conciencia de esta verdad. Nos estamos
despertando hacia esa presencia que ya está allí y no es que vayamos a
manufacturar el yoga dentro de algún tiempo. No es que el yoga no esté aquí y ahora
y vaya a presentarse después. No es un producto artificial para ser
confeccionado con el esfuerzo humano. Yoga es una verdad eterna. El gran Absoluto
central está perpetuamente allí; no ha sido diferente, no es diferente, y no
será diferente en el futuro. Solamente tenemos que despertarnos del sueño y ver
lo que está allí. Swami Krishnananda
En estos tiempos de pandemia, de “no hacer haciendo” como dice el camino taoísta,
se habla de hacer Yoga refiriéndose a una práctica física con
componentes que impactan el cuerpo emocional y eventualmente el mental tan
necesaria hoy en día. Los estudios de Yoga nos invitan a hacer Yoga: aprender las
posturas corporales, la respiración controlada, la relajación y la meditación, de
muchos estilos, de muchas escuelas dando a entender que hay muchos yogas cuando
solo hay un Yoga.
“Haga Yoga” le dice el médico a un paciente que cree que
lo amerite y como el Yoga se percibe como una actividad física ya que nuestros
sentidos determinan esa forma de ver, entonces dentro del formato de hacer
ejercicio, se ofrece a la sociedad como una opción más de sanación. Aún falta entender
que el Yoga es un método integral porque abarca los cuerpos emocionales,
mentales y espirituales.
Una sociedad que se mantiene en el quehacer constante al
vivir bajo el dominio de la competencia en condiciones de desigualdad está
bastante enferma y requiere una medicina que el Yoga tiene la capacidad de ser,
al retornarle a cada individuo su poder de autorregularse; en Yoga esto se
conoce como conocerse a sí mismo lo que nos da autonomía por tener criterios
para elegir conscientemente. De hecho, este factor de conocimiento y liberación
que aporta el Yoga, es temido por las fuerzas egoicas de la política, asi es
como se suprimió el budismo tibetano y el Falun Gong en China.
En la civilización védica originaria del Yoga se le conoce
como medicina, en las ramas del Hatha Yoga y en Ayurveda. Grandes exponentes del
efecto de la meditación como Swami Rama fueron evaluados por la ciencia
occidental de los 70 como fenómenos en cuanto a la evidencia de las
fluctuaciones de ondas cerebrales y de presión sanguínea, de regulación de la
respiración, lo que dio el aval a la ciencia del Yoga para darse a conocer en el
mundo occidental.
El Yoga ha sido un gran apoyo para miles de personas a través
de la acción social. Este escenario se convierte en uno de crecimiento y
aprendizaje entre el voluntario y el recipiente de los distintos programas para
apoyar efectos traumáticos de todo tipo en la población, de apoyo psico y fisioterapéutico,
de entretenimiento sano y formador, de resolución de conflictos entre individuos
y estos con la sociedad o entidades jurídicas, hospitalarias, educativas y
carcelarias para prevenir la vulneración de derechos y devolver el
empoderamiento y la auto estima.
Swami Rama, al igual que otros maestros contemporáneos a él,
no dejaron de trabajar para servir a su pueblo indio y a su tradición por que
los gurúes suelen invertir energía en crear colegios o sanatorios para la población
con donaciones como parte de su servicio humanitario.
Es la práctica de la espiritualidad en acción, es la práctica
de la compasión.
Pero más allá, es compasión sencillamente, que fluye y se
expresa en acciones porque convivimos en un mundo en crisis, de tercera dimensión
de conciencia donde reina y reinará el ego hasta tanto la humanidad logre
trascender a la cuarta y quinta dimensión. Si ese es el propósito de estar aquí
y ahora, nos corresponde beber y dar de beber esta medicina.
En tanto nosotros, como aspirantes -sadhakas- del Yoga, hagamos
el camino recto hacia la autorrealización, terminamos sirviendo como ha servido
siempre el iniciado de las distintas naciones y tradiciones. Servir es enseñar
los pasos a otros, es apoyar procesos de crecimiento interno, es brindar
esperanza y amor despertando en ellos el amor y respeto hacia si mismos. Se
conoce como karma yoga, servicio desinteresado aunque hoy en día tiene un
ropaje comercial que corresponde al mundo que vivimos. En otros tiempos,
grandes maestros como Buddha y Jesús por mencionar los más conocidos, dieron
ese ejemplo.
El Yoga en la India se concibe desde el Sanatan Dharm, la filosofía
basada en un mundo de seres iguales en su esencia divina y por ende con igual
potencial para crear una sociedad justa y amorosa, honesta, virtuosa y
respetuosa. Los yoguis en la India sirviendo a su sociedad sirven a Dios y así hacen
bhakti yoga o yoga devocional, la máxima expresión de entrega y devoción.
Servir al Yoga es entender la conciencia de la unidad del
cielo y la tierra presente siempre pero debido a la noción falsa de separación
que construye el ego para diferenciarse y destacarse, nos queda difícil
apreciarla; espiritualmente estamos dormidos, enganchados al mundo exterior bajo
el control de las programaciones mentales y las mareas emocionales que nos
mantienen desconectados de la realidad del yoga como totalidad, donde la
existencia, si observamos con atención, es un reflejo de cualidades divinas con
las cuales el creador se manifiesta en su creación.
Cuando realizamos nuestra práctica sobre la colchoneta con
la guía de un maestro asi sea virtual y hacemos secuencia de posturas-asanas-,
relajación y meditación, pranayama o control de la respiracion con atención y
concentración para conectar el cuerpo y la mente y mantener la conciencia presente,
decimos que estamos haciendo Yoga. Sin embargo, el Yoga es una vivencia de
despertar, de develar en la colchoneta y fuera de ella, la luz de una verdad
eterna por descubrirse en el misterio que tiene la vida dentro y fuera de
nosotros.
El mundo objetivo nos da la oportunidad de conocer y
explorar esta verdad y en eso yace su razón de ser.
Ser Yoga es reconectar con el ser que somos fuera de la
dimensión del espacio-tiempo mientras que hacer Yoga implica un lugar y tiempo y
un método adecuado para el gradual proceso de desarrollo de la “totalidad” de
nuestra personalidad en la dirección de alcanzar la Totalidad del Ser*. Requiere además de una regularidad y una total devoción del alma por el ideal.
Servimos al Yoga porque lo experimentamos como ciencia y lo
vivimos como filosofía y hacemos de él un estilo de vida y por tanto, somos
yoga como ideal del Ser.
Ser Yoga podría ser convertirse en el mismo silencio durante
la meditación, sostener una postura estable y cómodamente, equilibrando las
fuerzas opuestas de tensión y relajación, respirar en presente o fundirse en la
totalidad que percibimos en la contemplación de la naturaleza, en instantes de
creatividad, en el servicio a los demás, sin resistencia, con entrega y confianza.
Fluir y dejar ser son atributos del que camina el sendero
del Yoga. Superar apegos y miedos es un trabajo para pulir ese diamante en bruto
que somos y purificarnos en el sufrimiento, aceptándolo y abrazándolo para
transformarlo en profunda reverencia y gratitud a la vida reconociéndola en su
belleza, plenitud y oquedad. Caminar es el proceso de llegar a ser que es en si
el retorno a nuestra verdadera naturaleza y en ese sentido es volver a Ser.
Es en el ser abnegado, en el ser apasionado, en el que ama
sin condiciones y acepta que no siempre puede serlo, donde nace la compasión, la
cualidad que distingue nuestra dimensión humana/divina.
La compasión en acción se vive en relación al mundo y se
practica en relación al si mismo porque debemos cuidar y restaurar el amor por
nosotros mismos para así amar a los demás con libertad.
Vivimos en relación con otros y con nosotros mismos hasta
donde nos sea necesario como proceso de aprendizaje, como medio de experiencia para
conocer nuestra verdadera naturaleza de paz, de luz, de amor.
Y gracias a ser Yoga podemos inspirar como lo hace todo
maestro a sus discípulos, todo padre/madre a sus hijos!
*Swami Krishnananda, Introducción a la Filosofia del Yoga