Suele pasar hoy en día, que se confunde la
espiritualidad, o sea, el ejercicio de caminar por la vida espiritualmente, con
las versiones religiosas de ese caminar.
Las razones que llevan a esta confusión
son sencillas : el ser humano está inscrito en un tiempo que se inclina, a
causa de eventos cíclicos del Universo local, a una búsqueda espiritual como
reacción a la materialización de la existencia de siglos anteriores que ha
implicado enfocarse en el afuera más que a la vida interior. De alli que hayan
aparecido tantas iglesias o templos de oración inspiradas en las religiones
mayores y que sigan existiendo conflictos religiosos entre pueblos del mundo.
Pero la espiritualidad no es sólo un
término general y amplio que puede inscribir todos estos fenómenos
culturales, sino que se diferencia de lo religioso por otra sencilla razón: la espiritualidad es ciencia, la
religión no. Y como ciencia existió antes que la religión y ha
coexistido en la vida del ser humano durante toda su vida sobre la Tierra.
La espiritualidad de hoy es tan antigua y
a la vez, tan contemporánea porque se basa en el hecho de la existencia -como
experiencia de percepción- del humano en las diferentes esferas de su ser
y la manifestación de éstas en su realidad como persona.
La expresión de lo espiritual
Lo espiritual se opone a lo material por
una aparente diferencia. Enfocándonos en el concepto de la luz como energía
podemos establecer estas diferencias.
El sol irradia una energía que al entrar a
nuestra atmósfera planetaria se convierte en eso que llamamos luz. Todos los
seres vivos, incluyendo el planeta mismo, poseen un campo electromagnético que
es, a la vez, bio-energético y que se
carga con esa luz solar. Los hindúes le llaman prana a esa energía pues reconocen
en ella una fuerza vital. De este concepto de la luz como energía procede la
analogía con la luz del espíritu.
La luz como energía espiritual es la base
para comprender la existencia de una esfera a la que nos referimos como
espiritual para diferenciarla de la física. En esa esfera hay grados de
sutileza, es decir , si lo físico es denso (material) , lo espiritual es menos
denso. El primer nivel en el que se expresa esa esfera espiritual es en el
mundo de las emociones o mundo astral que constituye otro cuerpo diferente al
físico y la otra expresión es el mundo de la mente, sede de los pensamientos.
Al avanzar en estos grados de sutileza, encontramos una dimensión más alta que
se proyecta más allá de nuestra aura o campo de energía personal y que conecta
con niveles de manifestación menos fáciles de acceder y reconocer, pero
igualmente reales como lo físico. Pues
realmente lo físico es la manera como se expresa lo espiritual en esta
dimensión de existencia, la llamada tercera dimensión.
Para acceder a la fuente que manifiesta
esta tercera dimensión y las anteriores, segunda (mundo de los elementos) y
primera (núcleo de la Tierra), visualicemos un eje que conecta todas estas
dimensiones y nos da el carácter de seres multidimensionales. Este conocimiento
es reconocido hoy en día porque hemos alcanzado a entender nuestro ser como
unidad integral manifiesta de lo físico, emocional y mental y esa conciencia
nos lleva a reconocer a los demás como iguales y a entender que estamos
conectados con otras dimensiones al ser nosotros mismos en otra dimensión,
aportándonos esa conciencia de unidad que reverenciamos hoy y nos hace seres
más nobles y amorosos, compasivos y respetuosos.
Dimensiones hay muchas pero lo fundamental
es el origen de esos gradientes de luz espiritual. A esa fuente de energía la
llaman los nativos americanos Gran Espíritu. Para los hindúes es Brahma que es
la parte creadora siendo Vishnu la que mantiene esa vibración y Shiva que la
transforma en ciclos de destrucción y reorganización. Los occidentales la
llaman Dios. Y asi, cada cultura ha desarrollado esa conexión a ese mundo
sobrenatural que nos sostiene y nos determina y ha fundado sistemas de
creencias con complejidades propias y actividades ritualísticas para acentuar y
recordar ese origen.
A esos sistemas se les conoce como religión, de la palabra latina, re-ligar. Pero aunque las religiones sean instituciones creadas por el hombre en su clara noción de procedencia espiritual, no son reconocidas como ciencia y muchas veces se oponen entre si. Esto ha ocurrido porque las religiones se fundamentan en ideologías que suelen afirmarse con coerción, llámese adoctrinación, y que parten generalmente de asunciones como la de juzgar a los que no pertenecen a estas instituciones como salvajes e infieles (en otros tiempos), ateos, no-creyentes, etc.
Sin embargo, la espiritualidad es
científica porque se puede experimentar. No asi la religión, que al incluir
creencias en ideas absolutas, se inscribe en el juicio y desemboca en el
paradigma de premio y castigo, de malo y bueno. Los antiguos sistemas
espirituales procedentes de Oriente como el Yoga, las escuelas esotéricas que
nacieron en Occidente, las tradiciones shamánicas de varios lugares del mundo,
se han basado en la experimentación de un legado sobrenatural y los modernos
sistemas espirituales han bebido de alli actualizando sus conocimientos y
teorías. Por un lado, con experiencias de
seres iluminados que han existido en todo tiempo y lugar sobre la Tierra y han definido leyes espirituales que
gobiernan el devenir del humano y que cualquier ser
humano puede experimentar. Igualmente, la ciencia moderna ha ido corroborando
muchas de estas nociones como
la fìsica cuántica que ha explicado
fenómenos de la espiritualidad que no se comprendían.
Poner en práctica esta espiritualidad se hace a través de un movimiento de conciencia lo que acarrea un sistema o estilo de vida que tiene que ver con ciertas elecciones que se oponen a prácticas convencionales. Por ello, vamos a encontrar personas que suelen ser críticas al establishment o al status quo de nuestra sociedad occidental actual, en la vía espiritual; personas ávidas de conocerse y entenderse a sí mismas respondiendo al impulso de los ciclos de la galaxia, del sistema solar y de nuestro planeta Tierra a que las almas se acerquen a un reconocimiento de su verdadera misión aquí en esta dimensión. Las tendencias verdes son un claro ejemplo de la conciencia planetaria de unidad y de respeto a las formas de vida con las que coexistimos. La búsqueda de un sistema de salud que reconozca al ser humano como un ser integral en lo físico, emocional y mental facilita que cada cual sea responsable de su propia salud y se haga actor y partícipe recuperando así su poder de elegir.
Actualmente muchas tradiciones espirituales han salido a la luz
brindando una fuente de inspiración para las personas en esta búsqueda
espiritual. El chamanismo ha tomado vigencia por ser una práctica de conexión a
la Naturaleza como lo es la medicina naturista que ha sido siempre popular y
eficiente. Los eventos cósmicos hoy en día llaman
más la atención porque reconocemos la conexión que existe entre las diferentes
energías que nos conforman y su manifestación en nuestras vidas, de alli que la
Astrología haya empezado a tener mayor reconocimiento (sea griega, china, maya,
etc).
Tanto conocimiento hoy en día facilitado por el internet pone de
hecho el mundo global al que asistimos que nos permite relacionarnos y entender
nuestras diferencias y vicisitudes como una sola humanidad supeditada a un
mismo destino : el de resolver todo aquello que nos separa y nos lleva a la
violencia y a la destrucción por lo que nos une : la esencia espiritual cuyo suítche o botón es el
ejercicio del Amor, ya que así accedemos a la comprensión y aceptación que nos
conducen a una conciencia más vasta y sublime. El ser humano de hoy tiene esa
meta como su mayor desafío!
Las religiones mayores han emprendido la
labor de impartir sus creencias basadas en el legado de seres como Buda, Jesús
Cristo o Mahoma, profetas de la antigüedad, seres que transitaron por este
mundo y que fueron verdaderos maestros. Sin embargo, su legado se convirtió en
un instrumento de adoctrinación para el cual solo existe la fe para aceptar sus
mandamientos. La espiritualidad del mensaje se institucionalizó y los seres
humanos asumieron ser los representantes de su dios en la Tierra. Dios que cada
religión atribuyó como único y verdadero.
Asi como las culturas fueron en su momento
politeístas y luego monoteístas, asi también hoy en día estamos convergiendo a
la idea de un mismo creador para esta humanidad, pues se está reconociendo que
el dios es el mismo en cada religión aludiendo a que provenimos de una sola
fuente creadora. Esto de por si es ya un signo de una conciencia más elevada
que unifica y no separa como suele pasar con la religión tradicional.
La
espiritualidad moderna le da la espalda a la religión cuando asume el cuerpo
del hombre como un laboratorio donde se estudian sus elementos constitutivos,
sus esferas de energía y la expresión de éstas, sus relaciones con su entorno
natural y social. No prohibe. No esconde, no sustrae, no evade. Es la mirada
científica de los filosofía occidental
que hoy en día permite unificar la ciencia física y química con la
visión cosmogónica y espiritual terminando con una dicotomía existente por
centurias.
La experiencia espiritual la puede tener
por igual un creyente como un no creyente. Consiste en vivenciar su
espiritualidad como una experiencia personal -subjetiva- que puede compartirse
colectivamente para potencializar la fuerza de lo espiritual. Esta fuerza puede
ser autora de lo que llamamos milagros que es simplemente el accionar una
conexión existente en pro de un objetivo de bienestar , abundancia, felicidad y
paz. Es una experiencia que implica una actividad emocional y mental
consecuente entre si. Hoy en día encontramos en el camino espiritual de muchos,
aún asi estén inscritos bajo denominaciones religiosas, que la experiencia es
la que aporta el elemento de veracidad más que cualquier idea o creencia.
El camino espiritual es individual pues
cada uno lo vive de acuerdo a sus condicionamientos. Consiste en ir eliminando
conceptos y creencias de separatividad para encontrar la unidad con el todo. Y
eso implica aceptarse y aceptar a otros, tolerar, respetar y amar incondicional
y compasivamente. Esta es la religión de una nueva era de luz que debe ser
impartida desde la práctica misma del ser, su familia, su comunidad y su
entorno.
Domingo de Pascua, 2014
*Nueva Era es el ciclo de la Tierra por el
signo de Acuario, era del despertar espiritual regido por Urano, planeta que
fomenta cambios revolucionarios, humanitarismo, conciencia global y apertura del
conocimiento velado por siglos para el ensanchamiento y evolución del ser
humano de manera integral,.
Leo espiritualidad como un Todo, agradezco esta lectura. He aprendido que lo único que existe es Vida y nuestra misión es protegerla. Sin separaciones. Y para ello un retorno a la Madre Tierra, como decía Lao Tse, a una vida elemental y sencilla, nos mostraría el verdadero camino. Explorar la humildad, la sencillez y huir lejos del baile de ilusiones que crea el dinero. Hay mucha gente que sufre carencia y si todos estuviéramos unidos en torno a la bondad y compasión aceptando que somos todos Uno y la Vida sagrada, aprenderíamos a valorar cada cuerpo, hasta de los animales, hasta de los arboles y volveríamos a ser los sagrados hijos de Dios
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